Las despedidas son las más duras entre quienes nos queremos, personas especiales que aparecen en nuestras vidas, son incontables los recuerdos con algunos, que en cada ocasión que se conversa, siempre asomarán los recuerdos de aventuras y pasajes de lo que se vive junto a ellos. Hoy partió así sin más un gran amigo, una persona a quien le extiendo mi mayor muestra de respeto, un amigo especial que siempre estuvo allí cuando la vida me pateaba, siempre me extendía la mano, y me ayudaba cuando ni mi familia asomaba. Amigos como él pocos, y aunque los míos los cuento con una mano, se puede decir que siempre en mis estadías en Quito, Santiago siempre me acompañaba.
Ahora con lo de la pandemia, y, aunque alejados físicamente, nos apoyamos mucho y nos acompañábamos vía telefónica, todos los días hasta un martes que se sintió mal y que se fue al hospital.
La tristeza me quita las ganas de escribir, llevaba casi un año sin hacerlo porque me refugié en la lectura, pero deseo siempre poder saber, que cuando no recuerde nada de todo esto, regresar a ese día en que te marchaste, y volver a recordar cada aventura compartida, cada momento en que conversábamos por horas, en que nos desahogábamos de cada mala experiencia de la vida, apoyándonos siempre el uno en el otro.
Tranquilo amigo, sigue aprendiendo en tu nueva etapa, y cuando puedas guíame, porque con certeza nuestros caminos se unirán mas pronto de lo que parece.
Mis condolencias a tus hijos, ellos saben que ya estas bien con tu mamita y abuelito.
Atte.
Carlos Caballero (El Mono)
KRLS.... Sonrie que la vida es corta.... 